Cada día son más las patologías para cuyo tratamiento terapéutico se emplea la fisioterapia, una rama de las ciencias de la salud que, apelando a elementos naturales o acciones mecánicas, como movimientos corporales y ejercicios físicos, disminuye el tiempo de rehabilitación y las molestias del paciente, mejorando su bienestar físico y psíquico. En este sentido, para tratar enfermedades como la fibromialgia es una solución cada vez más utilizada. Así, profesionales de fisioterapia en Sevilla, Córdoba, Málaga o Madrid, entre otras ciudades, la aplican como técnica terapéutica para esta patología.
La fibromialgia es una enfermedad de origen desconocido y de difícil diagnóstico, que afecta mayoritariamente a mujeres entre los 30 y los 60 años. Sus síntomas son muy diversos, caracterizados por múltiples dolores y fatiga generalizada, por lo que precisa de un equipo multiprofesional, tanto en su diagnóstico como en su tratamiento. Además de la sensación de cansancio permanente, los enfermos suelen describir como síntomas más frecuentes: hormigueos de miembros, rigidez articular, dificultad para dormir y puntos gatillo.
En este sentido, la fisioterapia está altamente recomendada para esta dolencia, ya que permite para usar procedimientos manuales (movilizaciones, estiramientos, masaje…), físicos (electroterapia, frío, calor…) y químicos con fines terapéuticos. De esta manera, los pacientes afectados por esta enfermedad pueden ver como disminuyen sus dolores musculares, se evita la fatiga y se mejora su resistencia.
Entre las técnicas que más usadas para patología están: la masoterapia (superficial y lenta), termoterapia (lámparas solares e infrarrojos) e hidroterapia (duchas de agua caliente a presión sobre la zona dolorida). Asimismo, los estiramientos con frío, en muchos casos, resultan muy eficaces en algunos pacientes. No obstante, no debemos olvidar que debe ser un profesional el que determine el tratamiento más adecuado en cada enfermo.
La fisioterapia adquiere así un papel muy importante en el tratamiento de esta enfermedad, ya que además de aliviar las dolencias y mejorar la calidad de vida de los pacientes, este tratamiento terapéutico ayuda a que, tanto el enfermo como su familia, comprendan que se trata de una enfermedad real.