Este método fue creado por el alemán Joseph H. Pilates a comienzos del siglo XX, quien nació en Alemania en 1880.
Durante su infancia sufrió asma, fiebre y reumática y raquitismo, lo que le motivó a desarrollar un peculiar sistema de acondicionamiento físico y mental llamado «Contrología» que él definió como «La ciencia y el arte del desarrollo coordinado del Cuerpo-Mente-Espíritu a través de movimientos naturales bajo estricto control de la conciencia». Para desarrollar esta disciplina, Pilates empleó sus conocimientos de Yoga, Artes Marciales y fisicoculturismo e incluyó elementos del Yoga, los antiguos métodos griego y romano, así como la danza, pero los llevó más allá combinando estas habilidades con su conocimiento del ejercicio físico y la anatomía. Posteriormente esta técnica fue difundida como Método Pilates, en honor a su creador, modificándose y adaptándose a los nuevos conocimientos de anatomía y biomecánica.
¿En qué consiste el Método Pilates?
El método Pilates es un sistema de acondicionamiento físico muy completo que trabaja el cuerpo como un todo, desde la musculatura más profunda hasta la periferia, y en la que intervienen tanto la mente como el cuerpo.
El método trabaja especialmente lo que se denomina «centro de fuerza « o «powerhouse», constituido por los abdominales, la zona lumbar y el suelo pélvico. Fortaleciendo estas partes del cuerpo se trabaja la energía «desde dentro hacia fuera», permitiendo realizar libremente los movimientos del resto de la anatomía.
Pilates es mucho más que un método. Se trata de toda una filosofía de entrenamiento del cuerpo y la mente.
Su objetivo: lograr un control preciso del cuerpo de la forma más saludable y eficiente posible. En definitiva, conseguir un equilibrio muscular, reforzando los músculos débiles y alargando los músculos acortados. Esto lleva a aumentar el control, la fuerza y la flexibilidad del cuerpo, respetando las articulaciones y la espalda. De este modo, el método permite al practicante conseguir la armonía de cuerpo y mente.
Los resultados del método Pilates son visibles a corto plazo, no hace falta machacarse en largas jornadas de gimnasio, según su precursor: “en diez sesiones notarás la diferencia y en treinta te cambiará el cuerpo”.
Con Pilates se consigue una notable tonificación muscular, se mejora el sistema sanguíneo y el linfático, se corrige la postura corporal y se estiliza la figura.
El método Pilates también desarrolla aptitudes como la atención y la disciplina en quienes lo practican. Además, se logra un dominio total de la motricidad y un mayor conocimiento del propio cuerpo, lo que aumenta la autoestima y refuerza nuestra capacidad de concentración y control. En definitiva, con Pilates conseguimos hacernos más fuertes de cuerpo y de mente.
Principios del Método Pilates
La finalidad del método es conseguir fuerza abdominal, mejorar la flexibilidad y un control total del cuerpo (De hecho su creador Joseph Pilates lo llamo » el arte del control o Contrología «, porque cada movimiento es calculado y específicamente pensado para reducir el riesgo de lesiones y garantizar la eficacia de los ejercicios).
Los movimientos del método están basados en seis principios básicos:
- Concentración:
Es fundamental para poder conectar el cuerpo y la mente. Durante la realización de los ejercicios es clave concentrase en el área del cuerpo que se está trabajando y poner atención en sentir la actividad que se está desarrollando.
- Control:
El Método Pilates se articula en torno al control muscular, es decir, sin movimientos bruscos, causales o irregulares, con el objetivo de evitar lesiones. A sí mismo, el control mental es básico ya que el método considera la mente como indivisible del cuerpo.
- Precisión:
La precisión en la ejecución de los movimientos es clave y deriva del control exigido para realizarlos. En Pilates cada movimiento tiene un propósito y esto es vital para la ejecución correcta del ejercicio, por lo que es fundamental concentrarse en realizarlo de un modo preciso y perfecto.
- Fluidez de movimiento:
Durante la práctica del método es clave realizar los ejercicios con fluidez, de modo ni muy rápido ni muy lento. En Pilates no existen movimientos aislados o estáticos, sino que se sigue el fluir natural del cuerpo.
- Respiración:
La correcta respiración es clave en Pilates y forma parte integral de cada ejercicio, siendo siempre coordinada con el movimiento. Una de las finalidades principales de Pilates al desarrollar su método es lograr limpiar el torrente sanguíneo a través de la oxigenación y aumentar la eficacia de la asimilación del oxígeno y de la capacidad respiratoria. Para ello es absolutamente necesario respirar correctamente y llevar un ritmo de inspiraciones y espiraciones completas adecuado durante la ejecución de los ejercicios ya que así se conseguirá expulsar el aire viciado del organismo y reabastecerlo de aire fresco logrando así revitalizar todo el sistema.
Además, una buena respiración ayuda a controlar los movimientos y facilita la estabilización y la movilización de la columna vertebral y las extremidades.
- Centralización:
Joseph Pilates desarrolló su sistema en torno a la idea del «Centro de energía» o «Powerhouse» donde se condensa toda la energía necesaria para realizar los ejercicios del método, centro neurálgico de todos nuestros movimientos y desde allí fluye hacia las extremidades coordinando los movimientos a la par que fortaleciendo y protegiendo la columna.
Junto a estos principios, existen otros principios que son fundamentales para la correcta ejecución del método y, por tanto, para maximizar sus beneficios. Estos son:
- Imaginación:
Durante la realización de los ejercicios se utilizan metáforas visuales para estimular el movimiento físico. - Intuición:
Es importante escuchar a nuestro cuerpo y seguir nuestra intuición natural durante la ejecución de los ejercicios. - Integración:
Para poder realizar los ejercicios correctamente es clave considerar el cuerpo en su integridad de modo que en cada ejercicio se pongan en acción la totalidad de la masa muscular del cuerpo, de cabeza a pies.
Flexibilidad:
Todos los ejercicios del método están diseñados para flexibilizar y tonificar los músculos, consiguiendo una sensación de bienestar y facilidad de movimiento que se disfruta en cada una de las actividades que hacemos a diario: caminar, sentarse, agacharse, correr, etc…
Para poder practicar el método de modo correcto y así evitar posibles lesiones y maximizar sus beneficios, es necesario realizar los ejercicios de una manera adecuada, bajo la supervisión de un profesional, ya que requieren una técnica que debe ser aprendida y medida mucho más en su calidad que en su cantidad.
Además, para el buen desarrollo de los ejercicios es clave mantener un correcto alineamiento corporal, una concentración constante y un control y coordinación constante de la respiración. Todos los ejercicios deben hacerse de forma controlada y precisa.
Se consigue el fortalecimiento y estiramiento de los músculos sin que éstos aumenten su volumen. Con ello se logra la finalidad del método: conseguir fuerza abdominal, mejorar la flexibilidad y un control total del cuerpo.
Después de varias sesiones de Pilates, pronto comenzarás a sentir sus efectos: tu cuerpo estará más flexible, ágil y armonioso. Tu figura estará más esbelta y estilizada y tendrás una sensación de vitalidad que te permitirá enfrentarse a la actividad diaria de mejor humor.
Beneficios del Método Pilates
Los resultados del Método Pilates comienzan a notarse enseguida, de tal modo que durante la primera sesión ya se siente que los músculos están trabajado.
Pilates resumió la efectividad del método con la siguiente frase: “En diez sesiones sentirás la diferencia, en veinte sesiones verás la diferencia, y en treinta sesiones te cambiará el cuerpo”.
El método Pilates logra cambiar tu cuerpo y tu mente y tu forma de relacionarte con el entorno. Para conseguirlo, se basa en un profundo control del cuerpo y la mente con el fin de activar el sistema sanguíneo y el linfático, estirando cada músculo y tendón para lubrificar el cuerpo. Todo se realiza bajo un estricto control del sistema cerebral. De este modo, se consigue el moldeamiento del cuerpo, trabajando simultáneamente físico, mente y espíritu.
Algunos de los principales beneficios de Pilates son:
- Consigue un buen tono muscular fortaleciendo y tonificando el cuerpo sin aumentar el volumen muscular y con ello consiguiendo estilizar la figura. Logra el tan deseado «vientre plano».
- Aumenta la flexibilidad, la agilidad, el sentido de equilibrio y mejora la coordinación de movimientos.
- Mejora la alineación postural y corrige los hábitos posturales incorrectos.
- Permite prevenir y rehabilitar lesiones del sistema músculo-esquelético.
- Mediante la respiración y la concentración se logra un estado de relajación global permitiendo con ello eliminar el estrés y las tensiones musculares y rigideces.
- Mediante la integración cuerpo-mente consigue aumentar la autoestima y el conocimiento del propio cuerpo obteniendo con ello un bienestar no sólo físico sino integral y logrando cambiar la forma en que te relacionas con tu cuerpo y afrontas la vida.
- Aporta gran vitalidad y fuerza permitiendo minimizar el esfuerzo para realizar las tareas cotidianas más pesadas o cualquier otro tipo de deporte.
¿Para quién está indicado?
El Método Pilates está indicado para todo el mundo, tanto para aquellos que se introducen por primera vez en la actividad física, como para los que buscan el perfeccionamiento del movimiento ya sean jóvenes, mayores, personas que realizan algún otro deporte o las que llevan una vida más sedentaria, estando indicado también para mujeres embarazadas.
Es muy recomendable para personas que se encuentran en proceso de rehabilitación o que han sufrido una lesión (Pilates está completamente integrado en los programas de rehabilitación en EEUU y UK de tal modo que muchos fisioterapeutas aplican ésta técnica, en combinación con otras, para tratar a sus pacientes), así como para todos aquellos que padezcan problemas de espalda y busquen una actividad preventiva.
No obstante, para que la práctica de este método sea válida y efectiva es indispensable que se realice bajo la supervisión de un profesional cualificado en esta técnica ya que esta es la única forma de garantizar que los ejercicios se realicen de modo correcto evitando lesiones innecesarias y de obtener resultados óptimos.
Para poder beneficiarse de los efectos del método se recomienda realizar como mínimo dos sesiones por semana, ya sean individuales o en grupo. Cada sesión dura aproximadamente 1 hora.